NO HAY CARRERA MALA
No hay corredor, ciclista o
triatleta del nivel que sea que pueda decir que todas sus participaciones
en pruebas le resultaron tal como había
planeado. Tarde o temprano se experimenta una “mala carrera”, una pájara, un
pinchazo, un hundimiento; en definitiva
un resultado totalmente diferente al que cabría esperar según el
entrenamiento realizado.
No hace mucho leí una anécdota de
un corredor, Luis, de 63 años experto atleta popular con buenas marcas en su
historial y que en la actualidad cercano a su jubilación continuaba disfrutando
de las carreras populares sobre todo del Medio Maratón que a su edad continuaba corriendo en tiempos
de entre 1h.32´ y 1h 40´ según el tiempo
que hubiese podido dedicar al
entrenamiento. La anécdota que contaba
Luis en una conocida revista deportiva venía en relación con su nieto Alberto
de 17 años con el que hablaba asiduamente de deporte y compartían ratos de TV
viendo finales de diferentes deportes.
Alberto, joven noble, inteligente y deportista ( practica baloncesto) bromea a menudo con su abuelo sobre su dedicación a las carreras y dice que le va a sacar un mundo el día que corran juntos una prueba. Ese día llegó y precisamente en un ½ medio maratón (ya el abuelo le advierte que es una prueba muy larga y que debería comenzar por otra de menos kilometraje advirtiéndole del entrenamiento mínimo semanal con largas distancias que se debe hacer para disfrutar el día de la carrera. Pero Alberto se siente fuerte, seguro, en realidad tiene buenas condiciones físicas y también sigue la mayoría de los consejos de su abuelo para el entrenamiento del medio maratón que por primera vez le hará correr junto a su abuelo.
Alberto, joven noble, inteligente y deportista ( practica baloncesto) bromea a menudo con su abuelo sobre su dedicación a las carreras y dice que le va a sacar un mundo el día que corran juntos una prueba. Ese día llegó y precisamente en un ½ medio maratón (ya el abuelo le advierte que es una prueba muy larga y que debería comenzar por otra de menos kilometraje advirtiéndole del entrenamiento mínimo semanal con largas distancias que se debe hacer para disfrutar el día de la carrera. Pero Alberto se siente fuerte, seguro, en realidad tiene buenas condiciones físicas y también sigue la mayoría de los consejos de su abuelo para el entrenamiento del medio maratón que por primera vez le hará correr junto a su abuelo.
Llegado el día de la prueba Luis
no ha hecho uno de sus mejores entrenamientos en los dos últimos meses el
trabajo en la empresa le ha tenido muy ocupado reduciendo los entrenamientos
algunas semanas pero cree que puede andar entre 1h35´y 1h38´ , intenta
disfrutar del hecho de que su nieto corra una media maratón donde él también
corre, pero las bromas de su nieto y toda la familia sobre quien llegará
primero no se le aleja del todo aunque lo intenta; no quiere cebarse en llegar
antes porque en realidad le da igual, adora a su nieto, pero sus bromas como “
te ganaré sin entrenar abuelo” y cosas así (sabe que son bromas) le hacen
pensar en correr bien.
En la salida todos son bromas y
alegrías Alberto finalmente ha enganchado a Carlos compañero de estudios y
deportes, los primeros kms los jóvenes
salen a algo más de 4´el km para fijar una media entre 4´18” y 4´20” Luis los va viendo pero sabe que no es su
ritmo y traga kms a ritmo algo más lento encontrándose bien pero a partir del km 5 ya no ve a su
nieto ni al compañero, en el km 10 no
reconoce buenas sensaciones, el pensamiento le dice hoy no es un buen día su
ritmo ha bajado ostensiblemente y cree que va sobre 5´el km. Piensa que el día que corre con su nieto va
ha hacer su peor medio maratón, no respira bien cuando pasa por el km 15 pero
las piernas parecen algo más cómodas, del 16 al 17 parece una ligera
mejoría en el dieciocho un corredor le saluda ¡ es Carlos el amigo de
Alberto! Ni lo había visto “Alberto va
muy rápido yo voy muerto a ver si llego”
Luis le dice “ánimo hombre que ya nos queda poco” y lo va dejando atrás
, Luis sigue ahora con malas sensaciones
pero sabe que sólo quedan 3 kms así que
adelante con sus 63 años, su sorpresa
llega en el km 19´5 donde reconoce a su nieto Alberto con
su llamativa camiseta amarilla se le renuevan las fuerzas para ponerse a su
lado y preguntarle ¿Cómo vas? Alberto le
responde “voy muerto, esto no termina nunca”, a lo que Luis le contesta con
ánimos pues la meta está a poco más de
un km, ambos ruedan ahora juntos pero en 200 mts Alberto dice “abuelo vete tú y
ahora nos vemos en la meta ya vas muy rápido para mí” Luis vuelve a animarlo pero el nieto insiste
y poco a poco se queda detrás. Luis
entra en meta con un tiempo que en otras circunstancias sería pésimo pero al
sufrir tanto en el ecuador de la prueba sabe que ha de valorar esa recuperación
al final de la prueba, varios minutos después entra su nieto que se abraza a su
cuello.
Lo que a mitad de prueba le parecía una mala carrera ahora no le veía así, en los días siguientes Luis pensó porque no le quedó el sabor de una mala prueba: ¿por vencer a su nieto? No quería que esto fuese la causa, ¿por la recuperación?, ¿por recibir la admiración de su nieto al reconocerle que era preciso más entrenamiento de fondo? ¿por las bromas ahora en sentido contrario de la familia?. Finalmente Luis llegó a la conclusión de que simplemente fue una carrera más ni mala ni buena, que hubiese sido igual llegando antes o después que su nieto, o haciendo 8 minutos más que o de menos. Pero de algo estaba seguro había errado en su ritmo de salida algo más rápido de lo que los entrenos le dictaban, lo que le hizo sacar dos conclusiones: cuidar al máximo el ritmo de salida y 2º no dejarse influenciar ni un ápice por detalles exteriores como la familia o la presencia de alguien en una prueba, para siempre hacer su ritmo o ritmo más lento si toca acompañar a algún amigo corredor.
Lo que a mitad de prueba le parecía una mala carrera ahora no le veía así, en los días siguientes Luis pensó porque no le quedó el sabor de una mala prueba: ¿por vencer a su nieto? No quería que esto fuese la causa, ¿por la recuperación?, ¿por recibir la admiración de su nieto al reconocerle que era preciso más entrenamiento de fondo? ¿por las bromas ahora en sentido contrario de la familia?. Finalmente Luis llegó a la conclusión de que simplemente fue una carrera más ni mala ni buena, que hubiese sido igual llegando antes o después que su nieto, o haciendo 8 minutos más que o de menos. Pero de algo estaba seguro había errado en su ritmo de salida algo más rápido de lo que los entrenos le dictaban, lo que le hizo sacar dos conclusiones: cuidar al máximo el ritmo de salida y 2º no dejarse influenciar ni un ápice por detalles exteriores como la familia o la presencia de alguien en una prueba, para siempre hacer su ritmo o ritmo más lento si toca acompañar a algún amigo corredor.
Después de muchos años de
experiencia como corredor Luís seguía tomando notas en sus pruebas y lo que
podría haberse tomado como una carrera “mala”
se cataloga como una experiencia más de la que aprender.
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