domingo, 21 de mayo de 2017



XIII CARRERA CORREPLAYAS, 13/05/2017 (Miguel Córdoba)

Hacía una tarde espléndida. Una tarde con esa luz, muy propia de Chipiona, que embellece lo que toca. Una luz tan potente que incluso daba un punto de saturación a las fotos. Además la temperatura era magnífica, con una cierta brisa que impedía que llegara a hacer calor pero que tampoco molestó a los corredores. Así era fácil que se formara un gran ambiente, con buena asistencia de participantes y público a la carrera. Los miembros de nuestro club, con la inestimable colaboración de los trabajadores de la Delegación de Deportes, se afanaron en dejar constancia de lo bien que se puede organizar una prueba popular. 

Desde las primeras horas de la tarde se instalaron la salida (y meta) de la prueba, así como los puestos de cronometraje, de avituallamiento y el podium. Especial mención debemos hacer de Morón y de Javi Rivera, los que más horas le echaron al evento. Y también a Javi Iglesias, nuestro locutor oficial, que no paró de animar el desarrollo del evento. En cuanto a los resultados, que no es lo que más nos importa, se puede decir que logramos estar en los objetivos personales que nos marcamos. Si acaso destacar las grandes actuaciones de Eva, Isabel e Isidro, que estuvieron en el podio una vez más. Y no queremos dejar de recordar a Juan García Ruiz, que participó al alimón en la prueba con su hijo Óscar, nos emocionó a todos con su afán de superación y ejemplo de espíritu deportivo. Aunque no participó en nuestra carrera no nos olvidamos de nuestro compañero Jairo del Ojo. Logró la proeza, con gran esfuerzo y a pesar de una lesión a mitad de la prueba, de completar los 101km de Ronda.
Gracias a todos, especialmente a los patrocinadores y atletas, por ayudar al éxito de esta carrera, que regresará el año que viene con la misma fuerza y amor por el atletismo.

Crónica 101 km de Ronda (Jairo del Ojo)
Un día me hablaron de tí, la famosa 101 km de Ronda. Desde aquel día me enamoraste y conseguiste sacar el gusanillo de dentro de mí.
Este año cuando no estaba en mi mejor momento, recuperándome, tenté a la suerte y pedí una cita contigo.
Me iluminaste la cara al ver que me elegiste para vernos el 13 de mayo. Conseguiste marcarme un objetivo, volver a animarme, a ponerme las pilas y entrenar duro. Cada día que ataba los cordones de mis zapatillas y salía a entrenar tenía la ilusión de vernos y conquistarte.
Llegó el gran día. Nervios no me faltaban, ilusión tenía a no poder más.
Entre tantas personas, allí me encontraba, deseando que dieran la salida y por fin poder recorrer los 101 km que tanto tiempo deseaba alcanzar. Empezamos la carrera. Junto a mí tenía 4 compañeros de Maratón Jerez.

Cuando empezamos a salir de Ronda empezé a marcarme mi ritmo, me regalaste 35 kilómetros de pura felicidad, trotando con una sonrisa, pero me golpeaste en una de tus bajadas, me lesioné, conseguí poder seguir trotando pero me volviste a golpear en tan solo 2 kilómetros más en ascenso, me volviste a golpear, ya no podía más. Mi único pensamiento era llegar al habituallamiento y darme por vencido.
Una vez llegado solo podía pensar en todo lo que te dediqué, en cada día que le robé tiempo al reloj para salir a entrenar, en cada madrugón que me dí para poder hacerme fuerte y conquistarte.
Pensaba en todo: mi familia que me apoyó siempre, en los compañeros y en especial en mi gran amigo Manuel, que después de un largo día de carrera de nuestro club deseaba llegar a Ronda y verme entrar en la meta.
Sólo me quedó dejar a un lado el dolor, no hacer caso de la cabeza y tirar de corazón. Empezé a caminar, poco a poco, sabía que cada paso que diera me llevaría hasta la Alameda.
En el camino aparecieron los compis Tina y Lolo, que me animaron, pero yo no podía ni andar. Les agradecí su ayuda y les sugerí que siguieran su camino.
Seguí caminando, cuando me encontraba algo mejor aumentaba el ritmo pero ya con una sola idea en mi cabeza: terminar.
Sobre el kilómetro 46 volví a reencontrarme con los compis Tina y Lolo, estaban con su Club Maratón Jerez apoyados, recuperando fuerzas. En ese momento nos unimos los 3 formando una piña. Tres personas la cual su único objetivo era disfrutar de este día y convertirnos en centuriones.
Poco a poco, formando una piña, avanzábamos kilómetro tras kilómetros. Cuando uno de nosotros flaqueaba, los otros dos estaban siempre atentos y apoyando para que se viniera arriba.
Por cada lugar que pasábamos siempre había alguien, un gesto o un grito de ánimo que te sacaba fuerzas para seguir adelante; el paso por cada pueblo fue impresionante, ver como todos se volcaban y te apoyaban.
Llegamos al cuartel. Ya estábamos a 26km de nuestra ansiada meta, nos cambiamos de ropa, preparamos nuestro equipos y nos quedaba afrontar la noche donde estaban las 3 subidas más duras. Seguimos la piña ilusionados y con la idea de que ninguno se quedaría atrás. Llegaríamos a meta juntos. Cada subida y cada bajada de noche no podíamos evitar mirar hacia atrás donde se apreciaba una fila inmensa de corredores alumbrando todo el camino. Nosotros seguimos avanzando, nos reíamos porque subíamos más rápido de lo que bajábamos. Las bajadas nos lo ponían muy complicado al haber tanta piedra suelta y barro.
Ya se palpaba en el ambiente las risas y nervios por conquistar la última subida y, llegó el deseado momento cruzar el Tajo, afrontar la recta plagada de gente animándonos a las 4 de la madrugada, donde yo solo podía buscar a mi amigo Manuel y a Rocío, deseando darles un abrazo. Allí estaba él como me prometió, recibiéndome con la bandera del Club.
Sin perder más tiempo, volvimos la piña para afrontar los poco metros que nos quedaban. Justo al entrar en la Alameda y ver ese ansiado arco de meta con el cual llevábamos meses soñando y 17 horas sufriendo, sin dudarlo nos alzamos de las manos, gritando con todas nuestras fuerzas y corriendo como locos. Ese era nuestro momento, por el cual, cada uno luchó y llevaba meses y meses soñando.
Este año llegué ilusionado a nuestra primera cita, 101km yo quería conquistarte en unas 13 o 14 horas pero no me lo permitiste.
Sin lugar a dudas, te prometo que seguiré aquí, volveré a tener la suerte de conseguir otra cita contigo y pienso llegar a la Alameda, el doble de fuerte, el doble de ilusionado, con el doble de corazón y cruzar el arco recordándote que hoy te lo prometí.
Terminado este gran día, solo puedo agradecer a los dos fenómenos los buenos kilómetros que rodamos juntos. Gracias Tina y Lolo, dos grandes personas.
A todos los que me animásteis desde que me decidí a apuntarme a esta carrera y durante el recorrido, a mi familia por todo el apoyo que siempre recibo, a mi gran amigo Manu-e por estar siempre ahí como mi escudero, ayudándome en los entrenos nocturnos para no verme solo, y por ese gesto de venir a recibirme con un abrazo. ¡Eres muy grande amigo!
Gracias a todo los compañeros del Club C.A Correplayas, que aunque me perdí nuestra carrera y llegué tarde a nuestro dominguito de convivencia, me recibísteis haciéndome sentir un campeón, todos aplaudiendo y felicitándome, volcados animándome. Soy grandes personas, me siento orgulloso de ser uno de vosotros .
Como bien decimos
!!!!!!Fuerza y honor!!!!!

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